Recurrente contingencia

De la irrupción del bullicio,
esa correlación de la represión
presentada como normalidad de vecindades,
atosigando la inocencia de los desvelos
arrimadas a las alas desahuciadas
y las voces políticamente correctas. 
De los signos de tanta guerra nueva,
las armas rebotan en los periódicos
mientras suplican las luces por sus sombras derretidas,
gruñen los relatos de eras atormentadas
y el sinsabor de los alimentos modificados
guardan en sus moléculas la polución tremenda
de nuestro paso por el mundo, nutriéndonos
de melancolía y rutina de humores vidriosos. 
No parece faltar mucho,
no me espantan tanto las amenazas
como es el tedio de escuchar el encierro
de animales enclaustrados en realidades
falsas como el artificio de juegos a fuego. 
 Calcinación es la consecuencia
para una cultura que no evoluciona.