Continentes

Pequeño como el sol, fogata mendiga,
frente al inconmensurable Universo, 
y este frente a sus traducciones múltiples,
pequeñas como el pensamiento ante el hecho.
 
Tanto es el conocimiento en deglución,
como para capturarlo en una sola bóveda, 
tanto más, aquello de lo que en estos días 
ni siquiera se puede llegar a suponer. Supongamos.

Se suspende el suspenso, sucede el verbo,
máquinas programadas y cuerpos de la volición,
la quietud de la tarde es una vorágine retórica,
en las vísperas del flujo que nos devuelve
las latitudes hacia el centro de ese Universo
rendido ante sus emanaciones misioneras.